
Estando yo de visita en otro país, una simpática mujer me hizo conversación. Pronto entendí que su intención era compartirme el evangelio. La dejé hablar y muy entusiasmada comenzó a hablarme de lo fascinante y profunda que es la Biblia.
Me quedé muy sorprendido cuando me di cuenta de que me estaba enseñando exactamente lo mismo que yo tenía publicado en una de las páginas de este sitio en el que ahora usted está.
Cuando terminó, la felicité y le pregunté si recordaba dónde había obtenido la información que me acababa de dar. Me respondió que ese y otros estudios más podía encontrarlos en LaCasadeIsrael.org. Le sonreí y, dándole las gracias por su tiempo, le aseguré que sin falta revisaría el sitio y me despedí sin decirle que yo había escrito ese y todos los estudios ahí publicados.
Esa vivencia, casi irreal, fue para mí de una alegría indescriptible porque constaté que mi trabajo estaba penetrando en el pueblo de Dios, pero también me hizo dimensionar el gran compromiso que yo tenía con las personas que acceden a mis publicaciones.
Por primera vez, estuve consciente de la gran responsabilidad que tengo ante la gente que usa lo que está publicado aquí para alimentarse espiritualmente y alimentar a otros. Por ello, al elaborar mis escritos, siempre tengo en mente a todas las personas que, directa o indirectamente, tendrán acceso a las enseñanzas que hay en ellos.
Elaborar un estudio bíblico se parece mucho no solo al esmero y el amor de una madre que prepara los alimentos para sus hijos, sino también a la limpieza con la que lo hace.
Por eso, sabiendo que usted lo consumirá y lo usará para alimentar a otros, todo lo que usted encuentre aquí, es un alimento espiritual que ha sido preparado con esmero, responsabilidad y amor.
La gran mayoría de las publicaciones son de acceso gratuito y las que he puesto a la venta están a un precio realmente accesible. Ya sean en formato de e-Book o de página web, todas se adaptan a cualquier dispositivo electrónico.

Acerca de la información que usted encontrará en este sitio
La Escritura dice que hace miles de años, diez de las doce tribus fueron desarraigadas y esparcidas por el mundo, perdiendo para siempre su identidad (1 Reyes 17:21-24 / 2 Reyes 17:6 / Salmo 44:11). Sin embargo, los profetas anunciaron que Dios designaría un pastor (Deuteronomio 30:3-4 / Ezequiel 34:11-12 / Ezequiel 34:22-24 / Oseas 3:5 / Isaías 49:5-7) que iría en busca de los descendientes de aquellas tribus, las ovejas perdidas de la Casa de Israel:
“Por tanto, he aquí que vienen días, dice El Señor, en que no dirán más: Vive Dios que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra de Egipto, sino: Vive Dios que hizo subir y trajo LA DESCENDENCIA DE LA CASA DE ISRAEL DE TIERRA DEL NORTE, Y DE TODAS LAS TIERRAS ADONDE YO LOS HABÍA ECHADO; Y HABITARÁN EN SU TIERRA”. Jeremías 23:7-8
Acorde a la Biblia, la descendencia de la Casa de Israel son todas aquellas personas que habiendo sido halladas entre las naciones, ahora siguen al pastor enviado por Dios, Jesucristo (Mateo 18:11-13 / 1 Pedro 5:4):
“Él respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel”. Mateo 15:24
Imaginemos a una persona que vaga perdida por las calles y de pueblo, en pueblo, sin memoria y sin identidad. No recuerda quién es. Pasa penurias y toda clase de peligros sin imaginar que en realidad pertenece a una familia cuyo linaje no solo es de gran alcurnia, sino también muy rica. Esa persona es heredera de una gran fortuna.
En alguna parte, su padre contrata a un profesional —al que se le promete una gran recompensa en caso de tener éxito en su tarea— para encontrar a tal persona a fin de restablecerle en el lugar al que le corresponde.
Esa es precisamente la dramática situación de las y los descendientes de la Casa de Israel, quienes vagan por este mundo sin saber que pertenecen a un linaje de riquezas inimaginables (1 Pedro 1:4). Es deber de quienes ya hemos sido hallados, dar con todas esas personas para informarles sobre su identidad a fin de que puedan ser restauradas.
Esta página web ha sido publicada en respuesta al Llamado que El Señor está haciendo a su pueblo disperso por toda la tierra, para que regresen a Él. Nuestro propósito es encontrar a los perdidos de la Casa de Israel que están esparcidos por el mundo, quienes, por supuesto, desconocen su identidad.
El Nuevo Pacto y la Casa de Israel
Pero aquí hay algo importante, pues si bien nuestros ancestros fueron desterrados y se perdieron por no cumplir con el Primer Pacto (Deuteronomio 29:25-28), todos los descendientes de aquellos deberemos regresar al Dios de Israel cumpliendo el Nuevo Pacto (Deuteronomio 30:6 / Jeremías 31:31-33 / Mateo 26:28 / Tito 3:7).
Por Voluntad Expresa del Padre Celestial (Romanos 6:14), el regreso de su pueblo perdido en el destierro, será bajo el Nuevo Pacto, cumplimiento este al que el apóstol Pablo le llamó Vivir bajo la Gracia.
Es por eso que parte importante de nuestra tarea consiste en divulgar el entendimiento de la sencilla vida espiritual que El Padre Celestial ha determinado como el Camino de regreso a Él (Salmo 119:105 / Juan 14:6 / Hechos 24:14 / Santiago 5:20): la Gracia.
Así, esta página tiene dos cometidos principales:
- Restauración del entendimiento bíblico
- Restauración de la Casa de Israel
1. Restauración del entendimiento bíblico
La palabra evangelio significa buenas noticias. El término noticia nos habla de información o conocimiento relevante y actualizado. En este sentido, la lectura bíblica es un ejercicio que implica actualización constante debido a los descubrimientos que permanentemente se llevan a cabo. Nuestra aportación a este respecto es tratar de mantener actualizada toda la información posible concerniente al Mensaje bíblico, ya que es precisamente mediante su entendimiento que las ovejas perdidas de la Casa de Israel serán restauradas.
2. Restauración de la Casa de Israel
La Escritura nos dice cómo se debe restaurar a las ovejas perdidas de la Casa de Israel: una vez expuesta su condición de pueblo de Dios esparcido entre las naciones, encontrado y habilitado para ser restaurado, es necesario llevarles a un reconocimiento de que se ha vivido lejos de la Voluntad del Padre (el Nuevo Pacto), es decir, en pecado, este acorde a la Biblia es un arrepentimiento; luego de ello sucede la determinación de rectificar y una acción en el sentido opuesto a lo que se estaba haciendo, a lo que se le llama conversión.
El arrepentimiento y la conversión es lo que hace que aquellos que estaban lejos de las promesas regresen a ser parte del pueblo santo:
“Sucederá que cuando hubieren venido sobre ti todas estas cosas, la bendición y la maldición que he puesto delante de ti, y te arrepintieres en medio de todas las naciones adonde te hubiere arrojado El Señor tu Dios, y te convirtieres a El Señor tu Dios, y obedecieres a su voz conforme a todo lo que yo te mando hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón y con toda tu alma, entonces El Señor hará volver a tus cautivos, y tendrá misericordia de ti, y volverá a recogerte de entre todos los pueblos adonde te hubiere esparcido El Señor tu Dios”. Deuteronomio 30:1-3
Al haber un arrepentimiento, y como consecuencia, una conversión, la persona que ha sido hallada toma la determinación de comenzar a vivir bajo la Gracia, o cumplimiento del Nuevo Pacto, que es lo único que vincula al pueblo santo con el Dios de Israel. En esta etapa es fundamental la guía de quienes se encargan del pastoreo de la iglesia, a fin de que se mantenga informada a la nueva persona acerca de cómo no apartarse del pacto hecho con el Señor y las consecuencias de hacerlo.
A quién están dirigidas nuestras publicaciones
Las publicaciones de esta página están dirigidas a todas las personas que, con amor y abnegación, llevan la enseñanza de la Palabra a sus respectivas comunidades.
Sabemos que en todo el mundo Dios está levantando una generación de mujeres y hombres a los que está preparando para enviarlos en esta tarea. Si usted ha llegado hasta aquí, probablemente sea una de esas personas y queremos ayudarle a buscar, encontrar, informar y restaurar.
Todas aquellas y aquellos que sirven al Señor llevando a los rebaños el alimento espiritual, viven permanentemente bajo la bendición dada a Leví, pues aman al pueblo enseñándole la Palabra, a fin de que no se vuelvan a salir del Pacto:
“Instruyen a Jacob, a Israel, en tus leyes y decretos”. Deuteronomio 33:10a DHH
Pero también aman a Dios, pues le sirven con esmero llevando a su Presencia incienso, que son las oraciones (Apocalipsis 5:8) y sacrificios, que son las buenas obras (Filipenses 4:18 / 1 Pedro 2:5):
“Colocan en tu altar, en tu presencia, incienso y ofrendas de animales”. Deuteronomio 33:10b DHH
El Señor bendecirá todas sus acciones y recibirá con placer su esforzado trabajo de bien. El Poderoso de Israel cuidará su entrar y su salir (Salmo 121:7-8) y quienes los odien serán los enemigos del Señor:
“Bendice, Señor, sus esfuerzos, y recibe con agrado su trabajo. Rómpeles la espalda a sus enemigos,
y que no vuelvan a levantarse los que lo odian”. Deuteronomio 33:11 DHH
Quienes con esmero y limpieza llevamos el alimento espiritual a la mesa del pueblo de Dios, somos aquellos siervos fieles y prudentes, que El Señor puso sobre su casa, su familia, su iglesia, sus ovejas (Mateo 12: 48-50 /Marcos 3:33-35 / Lucas 8:19-21 / Juan 21:17):
“¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo?”. Mateo 24:45
Llevar el entendimiento de la Palabra, el alimento que fortalece, es el cumplimiento espiritual pleno de los que servimos fiel y prudentemente al Señor, y no hay camino más bienaventurado:
“Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá” Mateo 24:46-47
“Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad”. Daniel 12:3
“Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor”. Mateo 25:21
Nadie puede sobrevivir sin el alimento tangible, de la misma forma, nuestro ser interior se muere sin el alimento espiritual que da Vida, que es la enseñanza de la Palabra de Dios:
“No solo de pan vivirá el hombre [alimento sólido], mas de todo lo que sale de la boca del Señor vivirá [alimento espiritual]…” Deuteronomio 8:3
Quienes hemos andado un tramo más largo en el camino del Señor, tenemos la responsabilidad de llevar ese Pan de vida sin levadura (Juan 6:35 / Mateo 16:6-12) a los que por sí mismos todavía no puedan extraerlo de la Escritura (Hebreos 5:12).
El conocimiento de la Palabra de Dios, es el alimento espiritual por excelencia. Así como cualquier pueblo perece por falta de alimento sólido, el pueblo santo, que no solo vive de pan, sino de todo lo que sale de la Boca de Dios (Mateo 4:4), necesita el conocimiento, el alimento espiritual para subsistir en su camino a la vida eterna:
“Mi pueblo perece por falta de conocimiento”. Oseas 4:6 BLP
Sin alimento espiritual nuestro pueblo se muere en el desierto que es esta vida. Por eso, quienes sirven a Dios (Mateo 24:45-46) hallarán en nuestras publicaciones alimento de la mejor calidad posible:
“¿Por qué gastan el dinero en lo que no es pan, y su trabajo en lo que no satisface? Óiganme atentamente y coman del bien, y su alma se deleitará con manjares”. Isaías 55:2 RVA
En busca de las ovejas perdidas de la Casa de Israel
En todo el mundo los hijos de Dios, las ovejas perdidas de la Casa de Israel, ahora mismo vagan sin identidad y sin memoria y debemos encontrarlos y restaurarlos, preparándoles para su regreso al Padre Celestial.
La restauración del pueblo de Dios, perdido en la dispersión, solo puede llevarse a cabo mediante el amor, la Palabra y el poder del Espíritu Santo.
Es un hecho que nos ha tocado vivir en los últimos tiempos. Ello significa que en la sociedad habrá cada vez mayor convulsión, y, por tanto, necesidad del conocimiento de Dios.
El mover de Dios ya está en acción. La nube ha iniciado su marcha (Éxodo 13:21 / Éxodo 40:36-37) y nadie debe quedar atrás.
Ante lo que viene, todos los que laboramos en la enseñanza de la Palabra deberemos redoblar esfuerzos para fortalecer al pueblo santo. Por tanto, de aquí hasta que El Señor lo permita, esta página seguirá trabajando en la investigación y divulgación del Mensaje de la Biblia, a fin de que quienes se encargan de llevar el alimento espiritual a sus comunidades, encuentren material útil para fortalecer espiritualmente a quienes les escuchen.
Si usted necesita saber más acerca de lo dicho aquí, puede leer este libro gratuito:

Ahora bien, si El Señor le ha tocado el corazón y usted ha entendido su voluntad para estos últimos días, pero no sabe por dónde comenzar, le tengo preparado un estudio bíblico pensado especialmente para solucionar ese problema.
Se ha editado teniendo en mente su fácil exposición ante la iglesia o grupo de estudio y he procurado ponerla a un precio asequible. Se trata de un estudio en el que expongo que la ley de Moisés quedó atrás, y que es ahora, por medio del Nuevo Pacto, que El Señor está reuniendo a su pueblo en la dispersión:

La revelación del Mensaje de Dios en la Biblia produce poder espiritual. Con base en mi experiencia de años de explicar la Biblia usando este mismo material, puedo asegurar a usted con toda certeza que, a medida que lo exponga, notará cómo la fe de su congregación o grupo de estudio crece en forma sobrenatural.
El pueblo necesita alimento espiritual de la mejor calidad para estos tiempos de prueba y qué mejor que el estudio de las fiestas de Israel para sembrar fortaleza y fe en el creyente.
Quienes llevan la Palabra de Dios a sus iglesias o grupos de estudio, tendrán en esta obra un esquema confiable para guiar a los creyentes en el conocimiento del significado espiritual de cada fiesta:
