
En este capítulo te explicaré el sencillo significado bíblico de la parábola del vino nuevo y los odres viejos:
“Ni nadie echa vino nuevo en odres viejos. De otra manera, el vino rompe los odres, y se pierde el vino y también los odres. Más bien, el vino nuevo se echa en odres nuevos.”. Marcos 2:22 RVA
Qué es un odre y cómo se usaba en tiempos bíblicos
El odre al que se refiere la parábola de Jesucristo era una bolsa hecha de cuero, usualmente de cabra y en tiempos bíblicos se usaba especialmente para contener líquidos.

Una vez curtido se aplicaba una costura alrededor del cuero dejando solamente un orificio en la parte del cuello por donde era vertido el líquido para su preservación.
El vino nuevo o recién obtenido se vertía en el odre y se dejaba reposando. Conforme el vino iba fermentando la bolsa de cuero se estiraba debido a la emisión de gas del contenido.
Cuando el odre era viejo y debido al mucho uso perdía su elasticidad y se ponía muy duro. Si a este odre tan endurecido que ya había dado de sí y por tanto no estiraba más se le ponía vino nuevo el resultado era que al fermentar el vino se reventaba el odre, perdiéndose tanto el odre como el vino.

Por ello los odres viejos solo podían utilizarse para guardar vino viejo en tanto que el vino nuevo debía guardarse en odres nuevos.
Remiendo nuevo en vestido viejo
“Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; de otra manera, el mismo remiendo nuevo tira de lo viejo, y se hace peor la rotura”. Marcos 2:21
La misma enseñanza encontramos en la comparación del paño nuevo y los vestidos viejos. En tiempos bíblicos cuando un vestido ya viejo necesitaba ser remendado se le añadía algún pedazo de tejido también viejo, pues un remiendo de tela nueva al contraerse rasgaba las raídas vestiduras viejas.
A continuación explicaremos el interesante entendimiento espiritual de estos usos.
Los odres viejos y el vino nuevo: significado espiritual
Esta enseñanza El Señor Jesucristo la dio en respuesta al cuestionamiento sobre el porqué sus discípulos no celebraban el rito del ayuno, tal como todos en Judea lo hacían por aquel entonces:
“Algunos le dijeron a Jesús: —Los discípulos de Juan ayunan y oran con frecuencia, lo mismo que los discípulos de los fariseos, pero los tuyos se la pasan comiendo y bebiendo?” Lucas 5:33 NVI
En los días del Señor Jesucristo el ayuno se practicaba dos veces por semana (Lucas 18:12). Esta forma de ayunar no estaba contemplada en la Ley, sino que era una imposición de los fariseos, por lo que si bien no era contra la Ley sí que socialmente estaba mal visto no efectuarla.

La intención de la enseñanza de los odres viejos es llamar nuestra atención y motivarnos a reflexionar sobre la gran diferencia que existe entre la religiosidad y la espiritualidad.
Los odres viejos, rígidos y endurecidos representan a los sistemas religiosos carentes de flexibilidad que se han vuelto caducos. El vino nuevo representa al pueblo nuevo de Dios en busca de la espiritualidad a la que les guía El Espíritu Santo.
Si bien en un principio armonizan lo uno en lo otro, la espiritualidad que va en aumento termina aprisionada por la religiosidad. Así como el vino nuevo rompe los odres viejos y se derrama, de la misma forma los creyentes llenos del Espíritu no soportarán los opresivos sistemas religiosos diseñados por los hombres para contenerles.
En tanto que la religiosidad es moldeada por la práctica de cualquier rito, la espiritualidad consiste en entrar en contacto con el reino intangible pero real y eterno:
“Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí”. Juan 18:36
Los odres nuevos y los odres viejos: el Nuevo Pacto y el Antiguo
La Parábola de los odres nuevos y los viejos es una referencia clara al Nuevo Pacto y al antiguo:
“Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer”. Hebreos 8:13
“Pues LA LEY por medio de Moisés fue dada, pero LA GRACIA y la verdad vinieron por medio de Jesucristo”. Juan 1:17
El Primer Pacto era una religión; el Nuevo Pacto es un cumplimiento espiritual:
“Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Gálatas 5:14
“No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley”. Romanos 13:8
“El cual asimismo nos hizo ministros competentes de un Nuevo Pacto [la Gracia], no de la letra [liturgia de la religión del Primer Pacto], sino del espíritu [cumplimiento espiritual]; porque la letra [liturgia; religión] mata, mas el espíritu [cumplimiento espiritual] vivifica”. 2 Corintios 3:6
Así, los odres viejos son la religión; en cambio, los odres nuevos corresponden a la espiritualidad que proviene de vivir bajo la Gracia, que es el cumplimiento del Nuevo Pacto.
El pueblo de Dios ha de estar preparado para vivir en un cambio permanente. Seguir al Señor significa estar siempre dispuestos a andar por el camino nuevo (Hebreos 10:20) pero estrecho –por el cual pocos están dispuestos a transitar (Mateo 7:13-14)– y dejar atrás las tradiciones religiosas.
La espiritualidad se opone a la religiosidad
La Palabra de Dios no tiene intención alguna de estimular la religiosidad, sino todo lo contrario. En tanto que la religión es opresiva, la espiritualidad es liberadora:
“Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. Juan 8:32
“Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”. Juan 8:36
La religiosidad está diametralmente opuesta a la espiritualidad, porque mientras que la persona religiosa se limita a guardar los ritos sin preguntarse siquiera lo que significarán, la que es espiritual va más allá e indaga en el significado de tales ritos para extraerlo y darle el debido cumplimiento espiritual.
La persona religiosa verá en las Escrituras una serie de ritos que deberán cumplirse a rajatabla y sin preguntar, en cambio, los adoradores quienes están en busca de la espiritualidad (Juan 4:23) encontrarán en esos ritos un significado que es necesario desentrañar para cumplir.
Nuestros ancestros fueron desarraigados de su tierra debido al incumplimiento del Primer pacto (2 Reyes 17:23-24), ahora nosotros, sus descendientes, por medio de Jesucristo (Hebreos 10:20), tenemos la oportunidad de regresar al Padre Celestial mediante el cumplimiento del Nuevo Pacto.
Como he dicho, el Primer Pacto consistía en una serie de mandatos, preceptos, ritos y rituales, o sea, una religión. Pero ahora el regreso al Padre será por medio de la Gracia, es decir, mediante el Nuevo Pacto, que no es sino el mero cumplimiento espiritual de todo aquello.
“Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo”. 1 Pedro 2:5
Lecturas recomendadas:



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Parábolas y milagros de Jesucristo y su significado espiritual
Enlace externo:
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