Mi nombre es Samuel Barruecos y nací en el seno de una familia completamente normal.
Conocí al Señor muy joven y comencé a asistir a una congregación en la que me casé con la que aún es mi esposa. Somos unos felices padres de familia.
En aquellos días en los que El Padre Celestial me llamó, el amor por su Palabra y el fervor en mi corazón me llevaron a servir en una iglesia en la que pasaba más tiempo que en mi propio trabajo. La congregación comenzó a crecer en número y todo iba muy bien hasta que nuestro pastor, al que en verdad apreciábamos mucho, comenzó a cambiar.
A medida que la gente llegaba en cantidades considerables la abnegación en favor de las almas que mostraba aquel pastor se volcó en interés por la fama y el dinero y pronto nos dimos cuenta de que se estaba aprovechando del amor que mi esposa y yo teníamos a Dios para conseguir sus objetivos mundanos. Finalmente se descubrió que ese hombre mantenía relaciones con una amante.
Tardamos mucho en decidirnos (en gran parte debido a sus manipulaciones y falso arrepentimiento; erróneamente pensábamos que él seguía siendo un hombre de Dios) pero al final salimos de esa congregación porque experimentábamos una opresión espiritual insoportable.
Años después nos dimos cuenta de que irnos de ahí había sido lo mejor, pues nos enteramos de que tal persona —que ahora se hace llamar apóstol, pues muchas iglesias nuevas están bajo su control— siguió manteniendo relaciones extramaritales con otras mujeres y que en las congregaciones a su cargo abundaban los casos de adulterio y fornicación.
Cuando nos marchamos de esa congregación yo me sentí desorientado porque no tenía a dónde ir. Todas mis amistades habían quedado en esa iglesia. Prácticamente fuera de esa congregación yo no tenía vida social.
Así fue como mi esposa y yo decidimos aprovechar la oportunidad de un nuevo inicio e irnos con toda la familia a vivir en otro país.
La verdad es que al llegar al nuevo lugar yo estaba completamente desanimado de las cosas del Señor hacia las cuales sentía verdadera apatía e incluso algo de aversión. Así que volqué todas mis energías en el negocio con el cual iba a mantener a mi familia y me olvidé de todo lo que concernía al evangelio quedando mi Biblia arrumbada y guardando polvo.
Pero tiempo después sucedió algo sobrenatural: de pronto El Señor comenzó a llevarme a través de su Palabra mostrándome cosas verdaderamente sorprendentes. Recobré mi ánimo hacia los asuntos de Dios con una energía y entusiasmo tales que comencé a predicar a extraños en un país extraño y fundé un precioso grupo familiar en mi casa.
Con todas las lecciones que una vez por semana enseñaba en el grupo monté la página a la que puse el nombre de La Casa de la Palabra. Luego, cuando regresé a mi país original, mudé toda la información a esta otra a la que puse el nombre de La Casa de Israel.org.
Realmente, sin saberlo en ese entonces, lo que vivimos fue una auténtica desintoxicación espiritual. Al escapar de aquella iglesia en la que pasamos por esa penosa situación, El Señor nos apartó de un foco de intoxicación espiritual grave. Ya lejos de esa influencia tóxica nos dimos cuenta de que no habíamos aprendido el evangelio verdadero sino UNO FALSO: el Falso Evangelio de la Prosperidad.
Los falsos evangelios producen abundante pecado en quienes los creen y practican. Por ello fue que aquel pastor y sus iglesias comenzaron a rebosar en adulterio y fornicación (1 Timoteo 4:1).
Una peregrinación espiritual
Así como a los hebreos a quienes El Señor les sacó de Egipto y los mantuvo en el desierto durante cuarenta años a fin de limpiarlos de la idolatría (Deuteronomio 8:3-4), El Padre Celestial me llevó lejos, a otra tierra para DESAPRENDER toda la enseñanza errada que había adquirido y que estaba intoxicando mi ser interior.
Una vez habiendo sacado de mi corazón y mi mente las mentiras de ese falso evangelio, El Señor me llevó pacientemente de la mano a través de su Palabra a entender lo que durante años he estado publicando: que todos los que seguimos a Jesucristo conformamos al pueblo elegido y formaremos parte del retorno de Israel a la Tierra Prometida.
Lo que quiero hacer notar, es que en el proceso de sanación por el que Dios me condujo, primero fue necesaria una desintoxicación interior de las mentiras que yo había aprendido, luego me sanó con su Espíritu y finalmente me llenó con su Palabra Verdadera la cual mediante Su Amorosa y Paciente Guía aprendí sin intermediación humana directamente de la Biblia.
El resultado fue que de repente yo me hallaba nuevamente con deseos de servir a mi Señor enseñando Su Palabra.
Y ese es el mismo principio que aplicaré con el tratamiento espiritual que propongo en esta publicación, el cual consiste primero en hacer limpieza de todas las mentiras que se han aprendido y luego llenar ese espacio con la Verdad de la Palabra de Dios; para luego suplicar para que El Señor en su Misericordia sane tu interior con Su Espíritu.
Así, este libro digital y gratuito está pensado como una herramienta para asistir en la terapia espiritual a quienes hayan sido presa del abuso de falsos siervos de Dios y que deseen ser desintoxicados, rehabilitados y reincorporados al servicio del Dios Altísimo a fin de participar con plenitud en el plan que El Señor ha puesto en marcha para estos que ya son los últimos tiempos.
Acerca del tratamiento espiritual que imparto
El tratamiento en el que me especializo se ocupa en atender los desórdenes espirituales provocados por la exposición prolongada a los falsos evangelios. No es Psicología ni mucho menos incluye fármacos de ningún tipo.
Es un tratamiento muy simple el cual consiste en desintoxicar espiritualmente a la persona afectada por las mentiras doctrinales aprendidas a través de un falso evangelio.
Las mentiras doctrinales difundidas por los falsos evangelios enferman el espíritu, producen pecado y terminan por apartar a los creyentes de la Voluntad de Dios.
Los falsos evangelios causan una gran cantidad de enfermos espirituales. La enfermedad del espíritu se traduce en falta de fe, falta de amor hacia Dios, envidia, falta de interés en la Palabra de Dios y en casos extremos miedos, percepción de presencias malignas, pesadillas y esclavitud al pecado, entre otras.
Quien padece enfermedad espiritual por exposición a falsos evangelios sufre desdicha e infelicidad desde lo más profundo de su ser. Si bien una vez, en sus primeros días de haber conocido al Señor, su fortaleza espiritual fue plena, con el tiempo esa cualidad se apagó dejando una gran apatía e incluso hasta aversión hacia las cosas de Dios.
Los falsos evangelios tienen el maligno propósito de apartar al pueblo del genuino camino hacia el Padre Celestial quien es fuente de dicha, esperanza y felicidad. Ese camino hacia el Padre Celestial está en la Palabra de Dios. Mientras que el conocimiento de la Palabra de Dios trae a nuestras vidas amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza los falsos evangelios apagan tales frutos espirituales.
Para quién es este libro
Tal vez has salido de una congregación donde descubriste se predicaba un falso evangelio y probablemente has estado buscando y no encuentras alguna otra iglesia que te haga sentir confianza.
Quizá incluso hace tiempo que dejaste de buscar y has dejado de asistir por completo. Si ese es el caso, este libro es para ti. Es necesario que sepas que no es el plan de Dios para tu vida que deambules en soledad por este mundo, y es por una sencilla razón: tú eres una luz y toda luz debe alumbrar:
«¿Acaso se trae una lámpara para ponerla bajo un cajón o debajo de la cama? No, una lámpara se pone en alto, para que alumbre». Marcos 4:21 DHH
Si bien esta publicación está pensada como un apoyo para quienes tomen el tratamiento directamente conmigo, es de libre acceso para todo el público y si no es tu caso, de todos modos puedes recorrerla con toda libertad.
A lo largo de estos años, no pocas personas me han escrito relatándome experiencias muy similares a las que yo viví al salirme de aquella congregación.
Tales personas siempre me preguntan por una congregación a la cual asistir. Con esta publicación quiero dar respuesta a todas ellas.
Así que este libro puede resultar útil a quienes han salido de congregaciones en las que descubrieron se predica un falso evangelio y habiendo ido de una en otra no encuentran alguna iglesia donde no se predique una enseñanza torcida y adulterada y han llegado a la conclusión de que ellos son el problema.
Con este trabajo pretendo llevarles paz explicándoles lo que está sucediendo y por qué no encajan en esos grupos; todo lo cual es parte de el Llamado de Dios a los corazones de su verdadero pueblo alrededor de todo el mundo hacia la siguiente etapa ya de cara a los últimos tiempos (Éxodo 15:3 / Apocalipsis1:3 / Apocalipsis 18:4).
Acerca de esta obra
En este libro digital voy a usar algunos elementos del ciclo agrícola en el Israel bíblico como lo son las semillas, la cizaña, el trigo y la lluvia.
A través de la comprensión de los elementos que se nos han dejado en la Biblia en forma de símbolos con muy importante información podrás entender no solo la raíz de tu problema sino también la solución.
Este contenido es parte de la serie:
Tu Plenitud Espiritual