LA MARCA DE LA BESTIA
Samuel Barruecos
Advertencia del autor
Las conclusiones expresadas en este trabajo han sido escritas con el fin de salvar cuantas más vidas sea posible. Quien use esta información para lo contrario dará cuentas de ello cuando sea presentado ante El Altísimo.
Una necesaria aclaración
Estoy totalmente convencido del profundo amor por Dios que la Casa de Judá guarda, sin embargo, tal como al principio sucedió a Pablo y a muchos de sus contemporáneos (Hechos 9:1-22), parte de esa nación también es víctima de engaño (2 Corintios 3:15 / 2 Tesalonicenses 2:11).
Si hay un pueblo que sabe de sufrimiento, ese es el pueblo judío. En lo concerniente a los aspectos espirituales solo Dios puede juzgarles y a ningún hombre le es permitido interponerse (Romanos 11:25) con juicios propios (1 Corintios 4:4-5).
Inculco a mis hijos, por sobre todas las cosas, amor por el pueblo que El Señor eligió (Deuteronomio 7:6) y al cual pertenecemos (Ezequiel 37:22). Todos quienes revisen lo que hay aquí deberán tener en cuenta ello antes de adelantarse a sacar conclusiones.
“Pedid por la paz de Jerusalén; Sean prosperados los que te aman”. Salmo 122:6
“Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra”. Génesis 12:3
“¿Por qué maldeciré yo al que Dios no maldijo? ¿Y por qué he de execrar al que El Señor no ha execrado?” Números 23:8
“Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen…” Lucas 23:34
Cómo y dónde buscar la marca de la bestia y el número de su nombre
Analizando el pasaje: ¡un acertijo!
La búsqueda de la marca de la bestia, el nombre de la bestia y el número de su nombre es una investigación que no es necesario hacer en otro sitio sino en la Biblia. Todos los párrafos de los que está compuesto el Apocalipsis son acertijos que apuntan hacia otros libros de la Escritura.
El autor del Apocalipsis dirige su profecía a aquellos quienes están familiarizados con toda la Palabra. Es decir, que conocen la Biblia de arriba a abajo y de regreso. Cada párrafo del Apocalipsis es un pasadizo secreto que te transporta a algún pasaje en la Biblia en donde abunda más información sobre el tema específico que trata la parte de la profecía en la que te halles. Por supuesto el caso de la marca de la bestia no es la excepción.
Siempre que encontremos en el texto bíblico cantidades numéricas como las de los pasajes que aparecen en este artículo deberemos detenernos y preguntarnos si no habrá sido ocultado en esas cantidades alguna información que el autor pretendió preservar de alteraciones.
El antiguo sistema por el cual se codificaban y decodificaban nombres hebreos es modernamente conocido como guematría o gematría (se desconoce cómo se le llamaba en tiempos bíblicos).
Aunque se utilizan cantidades numéricas, con tal procedimiento no vamos a poder resolver problemas matemáticos, pues no está determinado para eso. Este método se usó para empaquetar un mensaje secreto y por tanto hemos de usar el mismo para extraerlo.
Es un hecho que la Biblia está llena de mensajes ocultos, pues ello era una costumbre muy difundida en el mundo antiguo. El intercambio de letras por números es una práctica que ya se efectuaba desde el albor de la Historia, tal como lo explico en el artículo cuya liga pongo a continuación:
El autor del Apocalipsis conocía la gematría o guematría y por lo visto sus discípulos también, ya que les indica usarla para extraer el nombre de la bestia a partir del número 666.
La gematría no es un sistema matemático ni perfecto ni ajustado a la lógica moderna, tal como lo serían las matemáticas que hoy día se enseñan en las escuelas. En realidad está más apegado a lo místico y es necesario llegar a la verdad que resguarda mediante la guía de un espíritu superior –en nuestro caso del Espíritu Santo– .
Así que siguiendo esta premisa usaremos los textos de Apocalipsis como pistas para buscar en otros libros de la Escritura. Analicemos el primer indicio:
“Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre. Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis”. Apocalipsis 13:16-18
Como ya lo dije, este párrafo, al igual que todos los demás en el libro, está expresado en forma de acertijo, mismo que el apóstol Juan urge a resolver a fin de encontrar la marca, el nombre y el número del nombre de la bestia.
Recuerda que el acertijo de este pasaje contiene solo pistas, por lo que en él no encontraremos ni la marca ni el nombre de la bestia; las pistas o indicios solo apuntan hacia la parte de la Escritura donde deberemos comenzar a buscar.
Resolviendo las claves: la primera pista
El principio del versículo 18 nos da la primera pista de dónde buscar:
“Aquí hay SABIDURÍA”
El apóstol Juan tiene en mente un personaje de la Biblia famoso por su sabiduría y espera que a la memoria del lector venga esa misma persona:
No puede ser otro que el rey SALOMÓN, famoso por su sabiduría:
“Y Dios dio a Salomón sabiduría y prudencia muy grandes, y anchura de corazón como la arena que está a la orilla del mar. Era mayor la sabiduría de Salomón que la de todos los orientales, y que toda la sabiduría de los egipcios”. 1 Reyes 4:29-30
“Y para oír la sabiduría de Salomón venían de todos los pueblos y de todos los reyes de la tierra, adonde había llegado la fama de su sabiduría”. 1 Reyes 4:34
Siguiendo esta pista busquemos en la Palabra de Dios aquellos pasajes que hablan del rey Salomón porque ahí hallaremos el número de la bestia, el nombre de la bestia y la marca de la bestia.
El número de la bestia
Para empezar esta búsqueda nos daremos a la tarea localizar en la Biblia algo parecido al número 666 que nos revela Apocalipsis.
Encontraremos dos pasajes casi idénticos, el primero, con el que vamos a trabajar, dice así:
“El peso del oro que venía a Salomón cada año, era seiscientos sesenta y seis talentos de oro, sin lo que traían los mercaderes y negociantes; también todos los reyes de Arabia y los gobernadores de la tierra traían oro y plata a Salomón. Hizo también el rey Salomón doscientos paveses de oro batido, cada uno de los cuales tenía seiscientos siclos de oro labrado; asimismo trescientos escudos de oro batido, teniendo cada escudo trescientos siclos de oro; y los puso el rey en la casa del bosque del Líbano. Hizo además el rey un gran trono de marfil, y lo cubrió de oro puro. El trono tenía seis gradas, y un estrado de oro fijado al trono, y brazos a uno y otro lado del asiento, y dos leones que estaban junto a los brazos”. 2 Crónicas 9:13-18
¡Este es el pasaje al que Juan nos remite con su pista de Apocalipsis 13:18!
Ahora bien, el acertijo nos da la siguiente instrucción: “cuente el número de la bestia”, es decir, una vez encontrado el pasaje debemos buscar cantidades numéricas con los cuales hacer cálculos matemáticos simples.
El pasaje del libro de Crónicas arroja varias cantidades, mismas con las que elaboraremos una tabla:
Doscientos paveses - Seiscientos siclos;
Trescientos escudos - Trescientos ciclos
Seis gradas - Dos leones
En la tabla solo expresaremos las cantidades eliminando los elementos descritos (paveses, siclos, escudos, etc.):
Para simplificar la operación eliminaremos los ceros pues no afectan el resultado final:
Entonces nuestra tabla definitiva quedará así:
Y procedemos a hacer los cálculos matemáticos:
Luego haremos una suma con la columna de los tres resultados parciales:
Tenemos como resultado parcial el 33, (como ya lo veremos después, ambos números son una expresión geométrica a partir de la que obtendremos la marca de la bestia).
Y finalmente sumemos estas dos últimas cifras:
Teniendo como resultado el Seis constataremos que efectivamente este es el pasaje donde el apóstol Juan quería que se investigara el nombre de la bestia y su marca.
A manera de comprobación, repitamos el procedimiento al pasaje de 1 Reyes, que aunque es levemente diferente, se obtiene el mismo resultado:
“El peso del oro que Salomón tenía de renta cada año, era seiscientos sesenta y seis talentos de oro; sin lo de los mercaderes, y lo de la contratación de especias, y lo de todos los reyes de Arabia, y de los principales de la tierra. Hizo también el rey Salomón doscientos escudos grandes de oro batido; seiscientos siclos de oro gastó en cada escudo. Asimismo hizo trescientos escudos de oro batido, en cada uno de los cuales gastó tres libras de oro; y el rey los puso en la casa del bosque del Líbano. Hizo también el rey un gran trono de marfil, el cual cubrió de oro purísimo. Seis gradas tenía el trono, y la parte alta era redonda por el respaldo; y a uno y otro lado tenía brazos cerca del asiento, junto a los cuales estaban colocados dos leones”. 1 Reyes 10: 14-19
Sabemos, por lo que está escrito, que Salomón procuraba que todo cuanto le rodeara coincidiera con el número 6 :
“He aquí es la litera de Salomón; Sesenta valientes la rodean, De los fuertes de Israel”. Cantares 3:7
«Seis gradas tenía el trono, y la parte alta era redonda por el respaldo; y a uno y otro lado tenía brazos cerca del asiento, junto a los cuales estaban colocados dos leones». 1 Reyes 10:19
«La casa que el rey Salomón edificó al Señor tenía sesenta codos de largo y veinte de ancho, y treinta codos de alto». 1 Reyes 6:2
Lo que nos lleva al siguiente enigma: ¿Porqué Salomón hacía eso?
Enseguida procedemos a hallar la solución:
El nombre de la bestia
Los números arábigos que nosotros los occidentales modernos manejamos no comenzaron a usarse fluidamente en Europa sino hasta la invención de la imprenta, algo así como 1500 años después de escrito el Apocalipsis.
¿Cómo se las arreglaban los antiguos para expresar cantidades sin números?
Muy sencillo: usaban letras.
Miles de años atrás las sociedades ya se las arreglaban con letras para expresar cantidades numéricas, pero fueron los fenicios, los mayores comerciantes de la antigüedad, que ante la creciente necesidad de contabilizar sus enormes inventarios de mercancías hicieron una innovación tan brillante, que revolucionó a la civilización para siempre: el alfabeto.
A cada una de las 22 letras de su alfabeto le asignaron también una cantidad para representar con un solo signo no solamente un sonido fonético, sino también una cantidad numérica. Ejemplo:
Del fenicio surgen también el hebreo y el griego, los cuales no solo poseen las mismas 22 letras, sino también iguales valores numéricos.
Como una reminiscencia de esta antigua práctica nos queda el alfabeto latino, del cual provienen los números romanos que todos conocemos:
Y es por eso que en la antigüedad cualquier nombre propio caldeo, fenicio, griego, hebreo o romano poseía también un valor numérico, porque cada letra que lo componía tenía asignada una cantidad universalmente conocida.
Para el siguiente procedimiento, la obtención del nombre de la bestia, usaremos la tabla de equivalencias hebreas usada en numerología. En ella encontrarás la letra hebrea, su valor numérico y su nombre.
Los pasajes de los libros de Reyes y Crónicas en los que obtuvimos el número 6 hablan del rey Salomón. Acorde a la numerología procedamos a conocer su equivalencia numérica:
Salomón en hebreo se escribe así:
Se lee de derecha a izquierda y su pronunciación es: Shlomoh o Shlomó.
Acorde a la tabla hebrea que pusimos arriba sus equivalentes numéricos son:
Según la numerología para obtener el número raíz de Salomón (o de cualquier nombre) se sigue este sencillo procedimiento:
¡SALOMÓN equivale a seis!
Por ello era que Salomón repetía el seis en todo su derredor, porque expresando el seis también expresaba su nombre.
“El que tiene entendimiento cuente el número de la bestia, pues es número de hombre”. Apocalipsis 13:18
Así que el pasaje de Apocalipsis 13:18 se refiere al rey Salomón.
El nombre de la bestia es SALOMÓN.
En el número 666 podemos ver un sistema piramidal en el que el pensamiento y objetivos de quien está en la cúspide se replica en todos quienes están debajo:
Esta información concuerda con la del libro de Daniel que registra que Nabucodonosor levantó una estatua en cuyas medidas estaban los números 60 y 6:
“El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro cuya altura era de sesenta codos, y su anchura de seis codos; la levantó en el campo de Dura, en la provincia de Babilonia”. Daniel 3:1
Si bien el Estado represor y controlador del futuro será posible gracias al avance de la tecnología, la entidad espiritual quien está detrás de todo ello desde tiempos antiguos ha venido tratando de hacer lo mismo:
“Y el pregonero anunciaba en alta voz: Mándase a vosotros, oh pueblos, naciones y lenguas, que al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, os postréis y adoréis la estatua de oro que el rey Nabucodonosor ha levantado; y cualquiera que no se postre y adore, inmediatamente será echado dentro de un horno de fuego ardiendo”. Daniel 3:4-6 RV60
Lo cual concuerda con esto:
«Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió. Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase«. Apocalipsis 13:14-15 RV60
La imagen del futuro recreada gracias a la tecnología no será de Nabucodonosor, sino de Salomón, pero detrás de todo ello siempre ha estado y estará el dragón:
«Y la bestia que vi era semejante a un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león. Y el dragón le dio su poder y su trono, y grande autoridad». Apocalipsis 13:2
Pero queda todavía una interrogante más: la marca de la bestia.
Si Salomón es el nombre de la bestia, ¿cuál es la marca de la bestia? ¡Investiguemos!
La marca de la bestia
En el lenguaje moderno, lo que buscamos se llama isotipo (Brandmark en inglés) que es una imagen la cual simboliza a una marca ya sea corporativa, institucional o personal. A diferencia del logotipo, el isotipo no necesita de letras. Por ejemplo la manzana de Apple, los arcos de McDonald’s o la palomita de Nike.
En cuanto al que nos interesa, el isotipo o marca de la bestia, acudiremos de nuevo a los pasajes de Crónicas y Reyes donde ya encontramos el nombre y el número de la bestia, porque a partir de la tabla obtenida ahí y de la información que ya tenemos, descubriremos la marca de la bestia.
Recordaremos nuestra tabla matemática:
También recordaremos que dicha tabla nos ofrecía un resultado parcial de 33:
Es a partir de este número que encontraremos la marca de la bestia, porque esto significa que la marca está hecha de dos figuras geométricas de 3 lados cada una.
La única figura de 3 lados posible es esta:
Así que la marca de la bestia está hecha por dos triángulos.
Simplemente los intersectamos y obtenemos una nueva forma.
Y descubrimos que una vez intersectados, unidos forman una nueva figura: un hexagrama; UNA ESTRELLA DE SEIS PUNTAS.
La estrella de seis puntas actualmente se conoce como Estrella de David, pero en realidad perteneció a Salomón. Así lo aclara la página del Ministerio del Exterior de Israel.
Este sello desde la antigüedad era bien conocido como el sello de Salomón.
Historia del sello de Salomón
El origen de este misterioso símbolo se pierde en las tinieblas del tiempo. No existe ninguna certeza absoluta acerca de la época, lugar o motivo de su creación. Lo único en lo que hay consenso es en que es mucho más antiguo que el rey Salomón.
Su origen pudo estar entre los fenicios, los egipcios, los sumerios, los asirios, o los babilonios.
Si bien la estrella de seis puntas hoy día se asocia al judaísmo nunca ha sido símbolo del Poderoso de Israel, sino de otro dios: Renfán (que probablemente es el Quiún que aparece en otros pasajes) el cual los babilonios y posteriormente los fenicios relacionaron con Saturno.
Incluso algunos eruditos opinan que los pasajes de Hechos 7:43 y Amós 5:26 se refieren precisamente a esta estrella de seis puntas [1].
[1] Y LA BIBLIA TENÍA RAZÓN, (Omega, Barcelona, 1985) Werner Keller. Pag. 377.
“Antes bien llevasteis el tabernáculo de Moloc, y LA ESTRELLA de vuestro dios Renfán [¿Saturno?], Figuras que os hicisteis para adorarlas. Os transportaré, pues, más allá de Babilonia”. Hechos 7:43
“Antes bien, llevabais el tabernáculo de vuestro Moloc y Quiún [¿Saturno?], ídolos vuestros, LA ESTRELLA de vuestros dioses que os hicisteis”. Amos 5:26
Ambos pasajes debes tenerlos siempre muy en cuenta ya que denuncian que entre el pueblo elegido a escondidas se practicó el culto a un dios ajeno, tal como sucede hoy día, y el símbolo de todo ello nuevamente sería el sello que Salomón adoptó como suyo.
La estrella de seis puntas más antigua que se conoce hasta ahora está en una inscripción en las ruinas de un antiguo templo fenicio. Muy probablemente Salomón incorporó la estrella de seis puntas como su sello real debido a la influencia de su socio comercial, el rey de Tiro, quien aparte de proveerle material para la construcción del templo, entra en sociedad comercial con él.
No sería de ninguna manera sorpresivo sino más bien lógico confirmar que el templo construido por Salomón se hubiera levantado tomando como modelo los hermosos templos fenicios de aquel entonces.
“Dio, pues, Hiram a Salomón madera de cedro y madera de ciprés, toda la que quiso. Y Salomón daba a Hiram veinte mil coros de trigo para el sustento de su familia, y veinte coros de aceite puro; esto daba Salomón a Hiram cada año. El Señor, pues, dio a Salomón sabiduría como le había dicho; y hubo paz entre Hiram y Salomón, e hicieron pacto entre ambos”. 1 Reyes 5:10-12
“Porque el rey tenía en el mar una flota de naves de Tarsis, con la flota de Hiram. Una vez cada tres años venía la flota de Tarsis, y traía oro, plata, marfil, monos y pavos reales. Así excedía el rey Salomón a todos los reyes de la tierra en riquezas y en sabiduría”. 1 Reyes 10:22-23
Esta conexión, Hirám-Salomón, es la que pretenden haber heredado los masones como modelo para su proyecto de reconstrucción del templo salomónico y el establecimiento de un nuevo gobierno mundial, en el que por supuesto ellos estarán a la cabeza gobernando conjuntamente (Apocalipsis 17:12). Pero de todo esto hablaremos en la segunda parte de este trabajo.
El sello de Salomón en la página del gobierno israelí
A continuación te dejo la liga a la página oficial del gobierno israelí en español. Constata la información que ellos mismos proveen acerca del sello de Salomón o estrella de seis puntas (esta página en específico data de 1999 y no ha sido actualizada, por lo que solo puede visualizarse en ordenadores, no así en dispositivos móviles):
Ministerio del Exterior del Gobierno de Israel
O también puedes escribir en el buscador:
MFA SELLO DE SALOMON
Si no te es posible visualizar la página o si por cualquier circunstancia esa página fuera borrada, a continuación escribo un extracto de lo que anotó la página del Ministerio de Asuntos del Exterior de Israel. En ésta se aclara que la estrella de 6 puntas, que todos nosotros conocíamos como Estrella de David, no es otra cosa que el sello de Salomón:
«El Sello de Salomón
“La leyenda del maravilloso sello anular que Salomón recibió del cielo, es común al judaísmo, al cristianismo y al Islam. El Sello de Salomón, que tiene su base en el suelo y cuyo ápice llega al cielo, simboliza la armonía de los elementos opuestos; su significado es a un tiempo múltiple y pluricultural. Refleja el orden cósmico, los cielos, el movimiento de las estrellas en sus esferas propias, y el flujo perpetuo que se establece entre el cielo y la tierra, entre los elementos aire y fuego. El Sello, por lo tanto, simboliza la sabiduría sobrehumana y el gobierno por gracia divina.
“En 1536, el sultán Solimán el Magnífico ordenó efectuar amplios trabajos de remodelación en el Monte del Templo… En las murallas que construyó en torno a Jerusalén, hay piedras decoradas con dos triángulos entrelazados, es decir, Estrellas de David que entre los musulmanes se conocen con el nombre de Khatam Suleimán y, entre los judíos, como Jatam Shlomó, el Sello del rey Salomón. Su función era proteger la ciudad. El símbolo del hexagrama o figura en forma de estrella formada por dos triángulos, tiene múltiples connotaciones, sobre todo cuando está inscrito en un círculo; en muchas partes del mundo se le han atribuido poderes sobrenaturales desde épocas antiguas.
“Junto con la estrella de cinco puntas o pentagrama, que es de origen mucho más antiguo, el hexagrama representa el desarrollo de las matemáticas y la geometría por parte de los griegos y sus sucesores en toda la zona mediterránea.
“Hoy en día, al hexagrama es conocido con el nombre de Estrella de David y considerado un símbolo definido del judaísmo; el término se utiliza incluso en los países islámicos. Hay cierta confusión en torno a sus orígenes, nombre y asociaciones. En Europa, al pentagrama se lo conoce normalmente como Sello de Salomón, mientras que al hexagrama se le llama Estrella de David; muchas veces, se da por supuesto que siempre fue así.
“…Empezó siendo un símbolo de la comunidad judía en Praga, probablemente en el siglo XIV, aunque puede también que no lo fuera hasta el siglo XVII. En el siglo XIX, se convirtió en símbolo de los judíos en general.
“…hasta el siglo XIII los judíos conocían el hexagrama con el nombre de Sello del rey Salomón… Sólo en un momento posterior, se impuso en las comunidades askenazitas el término Estrella de David, mientras que el Sello del rey Salomón quedó identificado con el pentagrama.
En la segunda parte de este trabajo hablaremos sobre la marca de la bestia, el nombre, el número y su correspondencia con el moderno Estado de Israel. También nos extenderemos otro poco sobre el Nuevo Orden Mundial el cual ya está en marcha. Pero para concluir esta primera parte quiero que reflexiones en la siguiente profecía:
“También les dijo una parábola: Mirad LA HIGUERA Y TODOS LOS ÁRBOLES. Cuando ya brotan, viéndolo, sabéis por vosotros mismos que el verano está ya cerca. Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios”. Lucas 21:29-31
¿A qué se refiere nuestro Señor Jesucristo aquí?
Para empezar diremos que el verano en el lenguaje profético bíblico se refiere a la Gran Tribulación.
El término trillar viene del latín tribulare, y significa triturar el trigo que ha sido segado. Esta operación se hacía en el Israel bíblico precisamente durante el verano. Por ello es que nuestro Señor en esta profecía nos está hablando de la señal que anuncia que la Gran Tribulación está a las puertas.
Ahora, observa esta imagen:
En la foto se aprecia una planta en la que abre la flor conocida como Flor Estrella (Star flower / Trientalis borealis), la cual nos servirá para ilustrar el significado del enigma que nos plantea El Señor en su profecía de la higuera.
Así como el verano del ciclo agrícola en el antiguo Israel simboliza la Gran Tribulación, de la misma forma la floracíón (cuando las flores abren o brotan) durante tal estación significa la alerta de que ya está por iniciar la persecución del pueblo santo.
Supongamos que la siguiente figura es el capullo de una flor (Nótese que está formada por seis triángulos).
Ahora supongamos también que este “capullo” comienza a abrir uno por uno sus pétalos:
Volvemos a tener como resultado el sello de Salomón, el cual está colocado en la bandera del Estado Moderno de Israel.
¿Por qué el sello de Salomón está ahí? Respira profundo y lee con cuidado lo que debes saber acerca de ello:
La estrella en la bandera del Estado de Israel sería la simbólica flor que marca la señal de que la Gran Tribulación ya está cerca.
Por lo que esta profecía se refiere específicamente a la formación del Moderno Estado de Israel en 1948.
Observemos los elementos de la bandera: dos franjas y una estrella.
Las dos franjas representan los ríos de la Promesa dada a Abraham, el río de Egipto al sur y el Éufrates al norte. La estrella al centro es el sello de Salomón que representa su reino:
“En aquel día el Señor hizo un pacto con Abram. Le dijo: A tu descendencia le daré esta tierra, desde el RÍO DE EGIPTO hasta el gran RÍO ÉUFRATES”. Génesis 15:18 RVA
La Promesa se cumplió durante el reinado de Salomón:
“Salomón era rey y señor de los reinos, desde EL RÍO ÉUFRATES hasta la tierra de los filisteos y los límites con EGIPTO. Mientras Salomón vivió, todos le pagaron tributos como sus vasallos”. 1 Reyes 4:21 RVA
Así, el sionismo ha fijado sus objetivos en la bandera del Moderno Estado de Israel: el restablecimiento del reino de Salomón. De tal forma que el sello de Salomón está en esa bandera porque anuncia a las naciones la llegada del Rey Salomón como (falso) Mesías de la humanidad.
Es necesario aclarar que el sello de Salomón que está en la bandera del Moderno Estado de Israel no es el símbolo del judaísmo, sino del sionismo que, como veremos a continuación, aunque en algunos puntos están relacionados no son lo mismo.
Qué es el sionismo
En materia de términos referentes al tema en cuestión se debe proceder con cuidado. No necesariamente al hablar de sionismo se está hablando de judaísmo. No todos los judíos son sionistas y viceversa.
El sionismo es un movimiento político europeo de principios del siglo XIX que desde entonces ha venido promoviendo la creación del estado independiente israelí. El sionismo toma su nombre del monte Sion en Jerusalén, donde Salomón construyó el primer Templo. De ahí que el sello de Salomón sea el símbolo del sionismo y que esté en la bandera del Moderno Estado de Israel.
El movimiento tuvo su mayor logro en 1948, cuando el Moderno Estado de Israel fue fundado gracias a la gestión de la Organización de las Naciones Unidas.
Por lo que se puede deducir, el plan del sionismo es que las tres tribus que formaron la nación de Judá (mismas que comprenden a los judíos modernos) se establezcan en el territorio que alguna vez ocuparon las doce tribus, reconstruyan el templo de Salomón e instauren la monarquía y la antigua ley de Moisés. El sionismo solo reconoce a las tribus de Judá y por tanto excluye a las diez tribus restantes que están esparcidas por el mundo pero que, según las profecías, también serán retornadas por la Mano de Dios a la Tierra Prometida (Ezequiel 37:21-22).
En resumen
Para resumir esta primera parte dejaremos anotado que:
1.- El nombre hebreo Shlomó o Salomón equivale al número seis, que es el número de la bestia anotado en el libro de Apocalipsis.
2.- A partir del número seis se obtiene el hexagrama, antiguo símbolo que actualmente es conocido como el sello de Salomón mismo que identifica al sionismo y por tanto al Moderno Estado de Israel.
Salomón es la bestia, y la marca de la bestia es la figura conocida como el sello de Salomón. El sionismo es un movimiento político europeo de principios del siglo XIX que ha venido dando pasos firmes para fundar el Moderno Estado de Israel, construir el Tercer Templo e instaurar a Salomón como la cabeza visible de un gobierno mundial. Gobierno mundial que, según las profecías del Apocalipsis, lejos de ser pacífico, será altamente controlador y represivo; e incluso cometerá los más extremos actos criminales contra todos los que disientan de su régimen (Apocalipsis 11).
En la siguiente parte de este trabajo entre otras cosas te mostraré, también en base a los números en la Biblia, la fecha en que el nuevo rey Salomón tendría que aparecer en escena.
Enlaces externos:
Wikipedia: Salomón
Wikipedia: Templo de Jerusalén
Este contenido es parte del estudio bíblico:
La Marca de la Bestia