La futura restauración de Israel

Acorde a nuestro reloj profético las diez primeras horas están en el pasado, la undécima hora es la actual y la que está en el futuro la hora final, la duodécima, la única que queda por cumplirse.

Cuando se cumpla la hora final el Hijo del Alfarero habrá traído al Padre Celestial todos los pedazos de la vasija que el viento se había llevado y con habilidad magistral la habrá restaurado como estaba al principio y será devuelta al lugar de honor donde estaba.

Por razones de necesaria simplicidad dividiremos este cumplimiento futuro en 3 partes:

1.- Resurrección de los hijos de Israel

2.- Restauración de las dos casas en un solo pueblo

3.- Restitución a la Tierra Prometida de todo el pueblo de Dios esparcido por el mundo

La resurrección de los hijos de Israel

El profeta Ezequiel fue llevado en visión hasta donde vio el futuro del pueblo elegido. En esa visión contempló la resurrección de todo el pueblo que vivió acorde al Pacto con El Señor:

“La mano del Señor vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de El Señor, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos. Y me hizo pasar cerca de ellos por todo en derredor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran manera. Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: Señor, tú lo sabes”. Ezequiel 37:1-3

Los huesos secos, hechos polvo se juntarán y serán cubiertos de tendones, carne y piel:

“Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de El Señor. Así ha dicho El Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy El Señor”. Ezequiel 37:4-6

Finalmente volverán a tener vida:

“Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso. Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu. Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho El Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán. Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo”. Ezequiel 37:7-9

Todos esos huesos pertenecen a la Casa de Israel, aquellas ovejas perdidas del pueblo de Dios que se extraviaron entre las naciones:

“Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos SON LA CASA DE ISRAEL. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo destruidos. Por tanto, profetiza, y diles: Así ha dicho El Señor: He aquí yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas, y os traeré a la tierra de Israel. Y sabréis que yo soy El Señor, cuando abra vuestros sepulcros, y os saque de vuestras sepulturas, pueblo mío. Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo El Señor hablé, y lo hice, dice El Señor”. Ezequiel 37:11-14

Restauración de las dos casas en un solo pueblo

Las ovejas perdidas de la Casa de Israel serán agregadas a Israel:

“Cuando llegue ese día, los de la casa de Judá irán a la casa de Israel, y de la tierra del norte vendrán juntos a la tierra que di a sus padres por herencia”. Jeremías 3:18 RVC

La Casa de Israel y la Casa de Judá serán un solo palo en la mano del Señor:

“Vino a mí palabra de El Señor, diciendo: Hijo de hombre, toma ahora un palo, y escribe en él: Para Judá, y para los hijos de Israel sus compañeros. Toma después otro palo, y escribe en él: Para José, palo de Efraín, y para TODA LA CASA DE ISRAEL sus compañeros. Júntalos luego el uno con el otro, para que sean uno solo, y serán uno solo en tu mano”. Ezequiel 37:16-17

El palo de José, primogénito de Israel (1 Crónicas 5:1 / Jeremías 31:9) simboliza al reino del norte el cual fue dispersado entre las naciones.

José es representado por Efraín que a su vez, como ya lo dije capítulos atrás, es primogénito de José (Génesis 48):

“Y cuando te pregunten los hijos de tu pueblo, diciendo: ¿No nos enseñarás qué te propones con eso?, diles: Así ha dicho El Señor: He aquí, yo tomo EL PALO DE JOSÉ QUE ESTÁ EN LA MANO DE EFRAÍN, Y A LAS TRIBUS DE ISRAEL SUS COMPAÑEROS, Y LOS PONDRÉ CON EL PALO DE JUDÁ, Y LOS HARÉ UN SOLO PALO, Y SERÁN UNO EN MI MANO. Y los palos sobre que escribas estarán en tu mano delante de sus ojos”. Ezequiel 37:18-20

Cuando El Señor levante de entre los muertos a la Casa de Israel (cristianos) y a la Casa de Judá (judíos) ya no resucitarán como cristianos o judíos, circuncisos o incircuncisos, sino como un solo pueblo, pues ya no habrá ni hombres ni mujeres (Mateo 22:30 / Marcos 12:25) y por tanto tampoco circuncisión:

“Y les dirás: Así ha dicho El Señor: He aquí, yo tomo a los hijos de Israel de entre las naciones a las cuales fueron, y los recogeré de todas partes, y los traeré a su tierra; y los haré una nación en la tierra, en los montes de Israel, y un rey será a todos ellos por rey; Y NUNCA MÁS SERÁN DOS NACIONES, NI NUNCA MÁS SERÁN DIVIDIDOS EN DOS REINOS. Ni se contaminarán ya más con sus ídolos, con sus abominaciones y con todas sus rebeliones; y los salvaré de todas sus rebeliones con las cuales pecaron, y los limpiaré; y me serán por pueblo, y yo a ellos por Dios”. Ezequiel 37:21-23

Jesucristo el Hijo Amado será Rey de Israel por siempre:

“Mi siervo David [Amado] será rey sobre ellos, y todos ellos tendrán un solo pastor; y andarán en mis preceptos, y mis estatutos guardarán, y los pondrán por obra. Habitarán en la tierra que di a mi siervo Jacob, en la cual habitaron vuestros padres; en ella habitarán ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos para siempre; y mi siervo David [Amado] será príncipe de ellos para siempre”. Ezequiel 37:24-25

Israel ya nunca más volverá a ser esparcido entre las naciones, sino que habitará por siempre en su Tierra:

“Y haré con ellos pacto de paz, pacto perpetuo será con ellos; y los estableceré y los multiplicaré, y pondré mi santuario entre ellos para siempre. Estará en medio de ellos mi tabernáculo [Jesucristo], y seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y sabrán las naciones que yo El Señor santifico a Israel, estando mi santuario [Jesucristo] en medio de ellos para siempre”. Ezequiel 37:26-28

Restitución a la Tierra Prometida de todo el pueblo de Dios esparcido por el mundo

Él hará volver a su pueblo desde los confines de la tierra. Nos reunirá y seremos un solo pueblo otra vez. Seremos Un solo pueblo, Un solo Rey, Un solo Dios, todos seremos UNO (Juan 17:20-26).

Ya no habrá más guerra entre ambos pueblos divididos por el encono (1 Reyes 12:21) ya no se agredirán mutuamente ni se llamarán con desprecio unos a otros cristianos y judíos, sino solo hermanos, hijos de Israel, hijos de Isaac, hijos de Abraham, hijos de Dios (Salmo 133:1 / Romanos 9:26 / 1 Juan 3:1); juntos como al principio irán al Monte Sion a adorar al Padre Celestial:

«Porque habrá día en que clamarán los guardas en el monte de Efraín [capital del reino del norte]: Levantaos, y subamos a Sion [capital del reino del sur], a El Señor nuestro Dios. Porque así ha dicho El Señor: Regocijaos en Jacob con alegría, y dad voces de júbilo a la cabeza de naciones; haced oír, alabad, y decid: Oh Señor, salva a tu pueblo, el remanente de Israel. He aquí yo los hago volver de la tierra del norte, Y LOS REUNIRÉ DE LOS FINES DE LA TIERRA, y entre ellos ciegos y cojos, la mujer que está encinta y la que dio a luz juntamente; en gran compañía VOLVERÁN ACÁ. Irán con lloro, mas con MISERICORDIA [GRACIA] los haré volver, y los haré andar junto a arroyos de aguas, por camino derecho en el cual no tropezarán; porque soy a Israel por padre, Y EFRAÍN [CASA DE ISRAEL, REINO DEL NORTE] ES MI PRIMOGÉNITO. Oíd palabra de Dios, oh naciones, y hacedlo saber en las costas que están lejos, y decid: ÉL QUE ESPARCIÓ A ISRAEL LO REUNIRÁ Y GUARDARÁ, COMO EL PASTOR A SU REBAÑO. Porque El Señor redimió a Jacob, lo redimió de mano del más fuerte que él. Y vendrán con gritos de gozo en lo alto de Sion [el Templo del Señor, en Judá], y correrán al bien de El Señor, al pan, al vino, al aceite, y al ganado de las ovejas y de las vacas; y su alma será como huerto de riego, y nunca más tendrán dolor. Entonces la virgen se alegrará en la danza, los jóvenes y los viejos juntamente; y cambiaré su lloro en gozo, y los consolaré, y los alegraré de su dolor». Jeremías 31:6-13

Nacimos en otra tierra debido al pecado de nuestros ancestros, pero El Señor perdonándonos nos recibirá de vuelta (Lucas 15:11-32) y nos devolverá a la tierra de donde nunca debimos salir:

“Yo los recogeré de todas las naciones y países, y los traeré de vuelta a su tierra. Esparciré agua limpia sobre ustedes, y ustedes quedarán limpios de todas sus impurezas, pues los limpiaré de todos sus ídolos. Les daré un corazón nuevo, y pondré en ustedes un espíritu nuevo; les quitaré el corazón de piedra que ahora tienen, y les daré un corazón sensible. Pondré en ustedes mi Espíritu, y haré que cumplan mis estatutos, y que obedezcan y pongan en práctica mis preceptos. Y ustedes habitarán en la tierra que les di a sus padres, y serán mi pueblo, y yo seré su Dios”. Ezequiel 36:24-28 RVC

Cuando eso suceda y estemos bien establecidos en el reino venidero, todas las cosas serán restauradas. Seremos felices para siempre porque ya no habrá dolor, ni angustia, ni llanto:

“Haré con mis ovejas un pacto de paz, y quitaré de la tierra a las fieras salvajes; así mis ovejas podrán habitar seguras en el desierto y dormir en los bosques. Pondré mi bendición en ellas y en los alrededores de mi colina, y haré que llueva cuando deba llover, y esa lluvia será de bendición. La tierra y los árboles del campo darán su fruto, y mis ovejas vivirán seguras sobre su tierra. Cuando yo rompa las coyundas de su yugo, y las libre de las manos de sus opresores, sabrán que yo soy el Señor”. Ezequiel 34:25-27 RVC

“Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará”. Isaías 11:6

“El lobo y el cordero serán apacentados juntos, y el león comerá paja como el buey; y el polvo será el alimento de la serpiente. No afligirán, ni harán mal en todo mi santo monte, dijo El Señor”. Isaías 62:25

¿Recuerdas que en el primer capítulo Dios le dijo a Abraham que su descendencia sería como las estrellas?

“Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, Y CUENTA LAS ESTRELLAS, si las puedes contar. Y le dijo: ASÍ SERÁ TU DESCENDENCIA”. Génesis 15:5

Pues es aquí que se cumplirá la promesa y seremos como las estrellas que habitan en el Cielo:

“Porque cuando resuciten de los muertos, ni se casarán ni se darán en casamiento, sino SERÁN COMO LOS ÁNGELES que están en los cielos”. Marcos 12:25

Hasta aquí hemos finalizado con el pasado, el presente y el futuro del pueblo a donde tus raíces pertenecen. En el siguiente capítulo, el de la conclusión, te explicaré cuál es tu parte en todo ello y hablaremos del momento en el que estamos acorde al reloj profético de nuestro pueblo. Te espero ahí. No tardes.

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