“Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último”. Apocalipsis 22:13
Sabemos bien que la Biblia enseña que Jesucristo es el Verbo y el Verbo es la Palabra de Dios, sin embargo, vale la pena ahondar en el profundo significado de esta verdad.
En el principio era el Verbo
Desde antes del principio de los tiempos existe una Voz con la cual Dios creó todas las cosas. El evangelio del apóstol Juan nos da testimonio de ello:
“En el principio era el Verbo”. Juan 1:1
Ese principio del cual habla el apóstol Juan es el Génesis, porque la voz en hebreo Bereshit, que significa “En el Principio”, es el nombre que los antiguos dieron al libro que ahora conocemos por Génesis. Lo que el apóstol Juan trata de decirnos es que podemos encontrar al Señor Jesucristo desde El Principio en la Escritura, es decir, desde el Génesis.
“En el principio [en el Génesis] creó Dios los cielos y la tierra”. Génesis 1:1
El Verbo era Dios
Juan llama El Verbo a nuestro Señor Jesucristo porque Él es la Palabra de Dios. Como tal, siempre habitó en el Padre celestial, desde siempre era con Él y desde siempre era parte de Él, pues son uno mismo (Deuteronomio 6:4):
“…y el Verbo [La Palabra] era con Dios y el Verbo era Dios”. Juan 1:1
Por eso Jesucristo es el Hijo de Dios, porque es parte de El Padre Celestial, es su esencia o semilla y salió de Él:
“Yo y el Padre uno somos”. Juan 10:30
Por medio de El Verbo Dios hizo todas las cosas
En el Génesis encontramos que Dios hizo al universo mediante su Palabra:
“Y dijo Dios [pronunció la Palabra] sea la luz, y la luz fue hecha…” Génesis 1:3
Por ello es que el evangelio de Juan nos dice que TODO FUE HECHO mediante El Verbo, La Palabra, El Señor Jesucristo:
“TODAS LAS COSAS POR ÉL FUERON HECHAS, y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho”. Juan 1:3
“En el mundo estaba, Y EL MUNDO POR ÉL FUE HECHO; pero el mundo no le conoció”. Juan 1:10
Así sabemos que aquella Palabra de Dios por medio de la cual fueron creadas todas las cosas es Jesucristo, nuestro Señor:
“…FUERON HECHOS POR LA PALABRA DE DIOS los cielos, y también la tierra…” 2 Pedro 3:5
“Porque EN ÉL FUERON CREADAS TODAS LAS COSAS…TODO FUE CREADO POR MEDIO DE ÉL Y PARA ÉL”. Colosenses 1:16
“…para nosotros, sin embargo, solo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, POR MEDIO DEL CUAL SON TODAS LAS COSAS, y nosotros por medio de él”. 1 Corintios 8:6
“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y POR QUIEN ASIMISMO HIZO EL UNIVERSO”. Hebreos 1:1-2
La Escritura revela al Señor Jesucristo como la Palabra de Dios, viva y eficaz, que escudriña los corazones y discierne las intenciones de los hombres:
“Porque LA PALABRA DE DIOS [Jesucristo] es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y DISCIERNE LOS PENSAMIENTOS Y LAS INTENCIONES DEL CORAZÓN”. Hebreos 4:12
“Y a sus hijos heriré de muerte, y todas las iglesias sabrán que YO SOY EL QUE ESCUDRIÑA LA MENTE Y EL CORAZÓN [Es decir, La Palabra de Dios]…” Apocalipsis 2:23
Por ello también nuestro Señor, como el Verbo que Es (YO SOY), se nos presenta con la primera y la última letra del alfabeto griego, pues con ellas se articula toda Palabra que conforma el Mensaje:
“… Yo soy EL ALFA Y LA OMEGA, el primero y el último…” Apocalipsis 1:11
En este pasaje no solo descubrimos que Jesucristo es la Palabra de Dios sino que también está presente en TODOS los libros de la Biblia, porque de hecho ÉL ES TODOS LOS LIBROS DE LA BIBLIA pues la Escritura es la Palabra de Dios. Cuando dice que Él es el primero y el último se refiere a que Él es la primera letra del Génesis y la última del Apocalipsis.
“Yo soy el Alfa y la Omega [todas las letras en la Palabra de Dios, la Biblia], principio [Génesis] y fin [Apocalipsis], dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, EL TODOPODEROSO”. Apocalipsis 1:8
“Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero [la primera letra del Génesis] y el último [la última letra del Apocalipsis]”. Apocalipsis 1:17
La Promesa de que esa Palabra descendería y volvería al Padre
“Y El Señor dijo a Moisés: He aquí yo OS HARÉ LLOVER PAN DEL CIELO; y el pueblo saldrá, y recogerá diariamente la porción de un día, para que yo lo pruebe si anda en mi ley, o no”. Éxodo 16:4
La Escritura nos dice que no solo del pan material deben alimentarse los hijos de Dios, sino que también hay otro pan o alimento, el espiritual:
“Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no solo de pan vivirá el hombre, mas de TODO LO QUE SALE DE LA BOCA DE EL SEÑOR vivirá el hombre”. Deuteronomio 8:3
La Palabra que sale de la Boca de Dios para dar pan espiritual al hombre es el Señor Jesucristo. Ahora, por favor, pon mucha, pero mucha atención en la siguiente profecía en la que se anunciaba que la Palabra de Dios sería enviada para habitar entre nosotros:
“Porque COMO DESCIENDE DE LOS CIELOS LA LLUVIA y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, ASÍ SERÁ MI PALABRA QUE SALE DE MI BOCA [1]; no VOLVERÁ A MÍ vacía [2], sino que HARÁ LO QUE YO QUIERO [3], y será prosperada en aquello para que LA ENVIÉ [4]”. Isaías 55:10-11
Aquí el anuncio del cumplimiento pleno de esa profecía:
“Porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que SALÍ DE TI, y han creído que TÚ ME ENVIASTE”. Juan 17:8
De todo lo cual entendemos lo siguiente:
[1].- Tal como el maná, la Palabra de Dios se enviaría del Cielo para proveer el Pan o Alimento Espiritual al pueblo.
[2].- Volvería a Dios porque El Señor Jesucristo una vez terminada su misión regresó al Padre luego de su resurrección (Juan 20:17). Pero no regresaría al Padre vacía sino con quienes siguen la Palabra de Dios y la cumplen (Lucas 8:21 / Apocalipsis 7:9).
[3].- La Palabra vendría y haría lo que el Padre designó, porque Jesucristo en todo momento hizo la voluntad del Padre y no la suya propia (Marcos 10:38 / Lucas 22:42 / Juan 5:30 / Juan 6:38).
[4].- Sería prosperada en todo, lo cual cumplió Jesucristo al vencer al mundo (Juan 16:33) y a la muerte misma y tendrá su cumplimiento pleno a su regreso, cuando acabe con sus enemigos y ocupe el trono para siempre (Apocalipsis 3:21 / Daniel 7:14).
Comparemos finalmente cómo El Señor Jesucristo alude a estos pasajes al referirse a Él mismo ante sus discípulos como la Palabra de Dios que ha salido de Su Boca y que regresa a Él:
“…y habéis creído que yo SALÍ DE DIOS. SALÍ DEL PADRE, y he venido al mundo; otra vez dejo el mundo, Y VOY al Padre”. Juan 16:27-28
El significado de Belén
El Señor Jesucristo nació en Belén que en hebreo es Beitlajem, cuyo significado es Casa del pan. Este asombroso cumplimiento concuerda con la aseveración que Jesucristo hizo cerca de Sí mismo con respecto a que Él es el Pan de Vida, es decir el alimento que no perece, sino que a vida eterna permanece (Juan 6:27):
“Jesús les dijo: Yo soy EL PAN DE VIDA; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás”. Juan 6:35
El nombre Belén o Beitlajem se compone de dos términos:
1.- Bayit o Beit (Strong H 1004) que significa casa.
2.- Lajem (Strong H 3899) que significa pan.
Este contenido es parte de la serie:
¿Quién es Jesucristo? Lo que las Escrituras afirman acerca del Hijo de Dios