¿Cuándo ocurrirá el rapto?

La profecía establece un día en el que serán abiertos los sepulcros de la descendencia de Israel y todo el pueblo fiel de Dios habiendo sido resucitado será llevado de regreso a la tierra de Israel en donde hallará reposo. Ahora, pon mucha atención al siguiente texto:

«La mano de El Señor vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de El Señor, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos. Y me hizo pasar cerca de ellos por todo en derredor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran manera.Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: Señor, tú lo sabes. Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de El Señor. Así ha dicho El Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy El Señor. Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso. Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu.Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho El Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán.Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo.Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo destruidos. Por tanto, profetiza, y diles: Así ha dicho El Señor: He aquí yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas, y os traeré a la tierra de Israel.Y sabréis que yo soy El Señor, cuando abra vuestros sepulcros, y os saque de vuestras sepulturas, pueblo mío.Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo El Señor hablé, y lo hice, dice El Señor». Ezequiel 37:1-14

En mi trabajo Tras Las Tribus Perdidas de Israel te enseñé que la Casa de Israel son los descendientes de las diez tribus del norte que fueron esparcidas por los asirios en el año 722 a. C. pero hay algunos casos, como el de esta profecía de Ezequiel que acabamos de leer, en los que la Casa de Israel a la que se alude corresponde a todos los descendientes de las doce tribus de Israel originales, tanto los de la Casa de Judá o judíos, como también a aquellos de la Casa de Israel propiamente dicha, es decir, los descendientes de Jacob que no obstante haber nacido entre los gentiles han sido reintegrados a Israel mediante la sangre de Jesucristo.

Por tanto, una gran parte de los que serán levantados de los sepulcros serán aquellos que en el transcurso de estos últimos dos mil años han creído en el Nombre de Jesucristo, ya sea pertenezcan a la Casa de Judá o la Casa de Israel.

La Resurrección de los justos

Así las cosas, para los creyentes decididos a estudiar la profecía, el magno evento a analizar debe ser siempre la Resurrección de los justos (el término justificado usado por Pablo significa ser tomado en cuenta para dicha resurrección). Es aledaño a este suceso que encontramos precisamente el rapto o arrebatamiento de los que estén con vida cuando ello suceda. Tal como el apóstol Pablo lo enseñó siempre:

«He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos [moriremos]; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados». 1 Corintios 15:51-52

Como veremos a continuación, la enseñanza de Pablo establece que primero El Señor Jesucristo descenderá del cielo, enseguida los muertos que hayan sido señalados como justos (justificados) resucitarán y luego los que de ellos estén vivos serán arrebatados juntamente con el primer grupo:

«Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo [1]; y los muertos en Cristo resucitarán primero [2]. LUEGO nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes [3] para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor». 1Tesalonicenses 4:16

En la cita siguiente el apóstol nos aclara cuándo se efectuará el regreso del Señor Jesucristo y con ello la resurrección y el arrebatamiento:

«Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca. Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía [1], y se manifieste el hombre de pecado [2], el hijo de perdición» 2 Tesalonicenses 2:1-3

Es decir, según lo que yo entiendo, el orden cronológico establecido por el apóstol Pablo en los dos versículos anteriores es el siguiente:

1.- Apostasía
2.- Manifestación del hombre de pecado
3.- El Señor descenderá del cielo
4.- Resurrección
5.- Arrebatamiento

En este texto que acabamos de leer se aclara que el regreso del Señor y la resurrección no se efectuarán sino hasta después de la apostasía, la aparición del hombre de pecado (La bestia que surge del mar en Apocalipsis 13: el anticristo) y el regreso del Señor Jesucristo.

Pero examinemos detenidamente los siguientes textos los cuales también hablan del recogimiento del pueblo de Dios:

«Y del templo salió otro ángel, clamando a gran voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, y siega; porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está madura.Y el que estaba sentado sobre la nube metió su hoz en la tierra, y la tierra fue segada». Apocalipsis 14:15-16

En este pasaje vemos que la tierra será segada, el trigo representa a los creyentes (Mateo 9:36-38 / Mateo 13:3-8). Pero te preguntarás, ¿acaso el pasaje está hablando del recogimiento masivo de los creyentes? Para responder a esa cuestión analicemos el siguiente texto:

«Su aventador está en su mano, y limpiará su era, y recogerá el trigo en su granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará». Lucas 3:17

En este pasaje Juan el bautista habla del trigo refiriéndose a los creyentes. En ese mismo orden de ideas el granero sería el cielo y el fuego que nunca se apagará el infierno. Pasemos al siguiente pasaje:

«Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? El les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? El les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero. Mateo 13:27-30

Nuevamente notemos los símbolos: el trigo son los creyentes genuinos, la cizaña son los creyentes falsos, la siega el recogimiento, los segadores los ángeles, la quema el infierno y el granero el cielo. Ahora veamos cómo estructura El Señor Jesucristo estos mismo eventos finales:

«E inmediatamente después de la tribulación [1] de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas [2]. Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria [3].Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos [4], de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.Mateo 24:29-31

Según la cronología establecida por El Señor los eventos del final de los tiempos se sucederán en el siguiente orden:

1.- La Gran Tribulación
2.- Perturbaciones astronómicas
3.- El Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes
4.- Los ángeles juntarán a los escogidos

Como podrás darte cuenta la cronología de Pablo y la del Señor coinciden perfectamente y si las combinamos el orden queda así:

1.- Apostasía
2.- Manifestación del hombre de pecado
3.- Gran Tribulación
4.- Perturbaciones astronómicas
5.- El Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes
4.- Resurrección
5.- Los ángeles juntan a los escogidos
6.- Arrebatamiento

Hasta aquí la lectura que yo hago, pero ¡espera! en cuestiones de profecía es sumamente fácil equivocarse y para tratar de evitar eso es que hemos habilitado este taller.

Si tú conoces versículos que puedan cambiar la perspectiva de la cronología que acabo de proponer o has encontrado una forma diferente de entender lo que acabamos de analizar escríbeme. Si existiera una forma distinta de entender esa profecía entre todos lo iremos descubriendo.